viernes, agosto 19, 2005

Me muero y no te educo

Sonando en mi cabeza: A la luz del Lorenzo (Los Delinqüentes )
Entre ramas verdes yo me quedo dormido/ no importa tener calor o tener frío/ entre los presentes// En un gusano todo es raro/ Y no me siento diferente/ soy uno más entre toda la gente/ y uno más que está chiflado
Esta tarde yo iba a volver a casa en cuanto saliese de la biblioteca. Esos eran mis planes. Parece mentira que a estas alturas todavía no haya aprendido que no soy capaz de mantener ningún plan en pie.
Las cinco de la tarde. Ni me acerco a la sala de estudio de Ciencias, que eso es un zulo oscuro y sin ventilacion con olor a choto muerto. Un asco de sitio. Me meto en la sala de Ingeniería química, en donde no ha pasado nadie en días, y no puedo evitar la tentación de la superconexión ultrarápidaa Internet de la universidad. Total, toda la tarde sin tocar los folios.
ReDios, que vago estoy!
Al salir dice Nuka que vamos a ver media hora a Tania, que está en el cafetín tomándo algo con estos. Estos son la gente de Alternativa Universitaria, a los que no trago, así en general. Todos un grupo de liberales pseudoizquierdosos con tendencia a creerse el ombligo del mundo cuando están más cerca del ojete que de otro sitio.
Bueno, al final no había allí ningún elemento indeseable. Efectivamente, en media hora Tania se va a casa para volver mañana a Alemania. Yo insisto en cenar un Kebab por que no me apetece llegar a casa para prepararme la cena.
Ese fue mi error, por que desde ahí todo se complica.
No vamos a por el ansiado Kebab, sino que nos complicamos con una mísera tapa en algún lugar perdido de la Rua Oscura. Al final, claro, tenemos que ir a por el Kebab por que de tapas (esto es algo que yo siempre he defendido) no se puede cenar. Cenar, cenar se cena en el Voalá, por ejemplo. Pero nosotros somos pobres estudiantes sin acceso a restaurantes de verdad y la solución es el turco.
Eva se viene, claro, por que Eva no puede dejar de perderse ni cinco minutos sin acoplarse a alguien. Esta noche ha insistido en el hecho de que sea un articifial. Pero bueno, al menos hemos quedado de acuerdo en que siendo ella más natural que una amapola (no podía ser otra cosa, viniendo de una drogodependiente como Eva) al menos mi articifialidad no está del todo mal.
Esperando a Virginia hemos empezado a comentar el forínculo que le salió en el púbis (bonito término) a Judith. Ahí comenzó nuestra conversación sobre la problemática de los genitales femeninos.
No sé como ni por qué, se me ocurrió preguntar por los tampones. En si se notan, al menos cuando te concentras en pensar en ello.
Pues parece que no, nada. Eva, aficonada ella a contarnos sus hazañas más intimas, de esas que el resto de la humanidad nunca contaríamos a nadie, me aclaró la situación. No se notan una mierda, tanto que ella llegó a ponerse un tampón cuando ya tenía uno dentro de su vagina. Diez minutos explicando como tuvo que ingeniarselas para sacar el primero.
Llegó Virginia, que tiene una personalidad deliciosamente marcada por la vida en los suburvios, y el tema tomó derroteros aún más peliagudos. Así fue que salió a la luz un gran trapo sucio.
Parece ser que Ángela, deliciosamente romántica ella, defiende la menstruación como algo bonito y natural, una expriencia para vivir la femeneidad. Tanto que hace el amor con su novio en plena menstruación.
-Claro, eso no tiene que molar nada. Imagínate, todo tan lubricado, ahí no hay fricción.
-Uffff, y encima con los coagulos. Como tiene que salir de ahí la polla, toda ensangrentada. Para hacerla una foto.
(Si algún dia aparece la foto, la cuelgo en el fotolog, prometido)
Asquerosamente irrisorio todo.
Luego Nuka me ha comentado las hazañas en el instuto de la pléyade de provocadoras natas que eran ella y sus amigas. Auténticas maestras de la transgresión.
Muchas de ellas se iban durante el descanso a beber calimotxo o a tomarse unos chupitos por ahí. Pura marginalidad.
Así que vuelta a clase no era dificil que se quitasen el sujetador para mostrarlo por la ventana a los borrachos y delincuentes del parque.
Al final Virginia me preguntó por voca de Eva a qué sabe el semen. Yas veis, tan vulgares para unas cosas y tan refinadas para practicar el sexo oral.
Lo peor de todo es que la he contestado con todo lujo de detalles.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Te encantan mis amigas, eh?

Ya que hablas de mi, tendré que aclarar un par de cosillas. Yo en el instituto no era una transgresora, sólo que me junté con las más chinadas. Y lo de sacar el sujetador por la ventana fue un hecho puntual de una persona muy concreta que no soy yo. A ver si se va a pensar la gente que nos quitábamos el sujetador todos los días para enseñárselo a los delincuentes (que, en realidad sólo eran adolescentes que se piraban las clases)
Ah, y yo en el instituto tampoco bebía entre clases.

Por cierto, espero que Ángela no encuentre nunca tu blog. Se nos cae el pelo, chato. Sobre todo a mí, y eso que no soy yo la que lo ha sacado a la luz, que fue la Eva.

Y ya sabes, come tomate... eso lo dice Lorena Verdún (aún no sé por qué se ésto)

Anónimo dijo...

Que te haya dejado un comentario no significa que haya vuelto a mi hogar habitual. Lo hago desde la conexión ultrarápida de la facultad.
Tengo mono de blogs o algo.

Elfo dijo...

Ha! ha! ha!

Anónimo dijo...

Menudas conversaciones!
Aunq parezcas asustado, en el fondo te encantan, jeje. Que se te nota que eres un escatológico perdido...

Anónimo dijo...

Cada día hay más Döner Kebabs, crecen como setas en cualquier rincón.
A algunos les mola más hacerlo 'en plan sangriento' cuando su churri está con la menstruación. Cuestión de gustos (vampirescos).
Saludos

Imoq dijo...

¡Qué fuerte, qué fuerte!

O_o

(jejeje sólo exagero un poco).

Un abrazo mexicano :)

Mara Jade dijo...

Por DioR q me parto de la risa... eso es lo q yo echo de menos en la universidad... jajaja... esos centros de sabiduría!!