Llega el final del verano, y nos apresuramos a aprovechar todo lo que podamos; antes de que vuelvan las clases y la rutina para unos, y antes de irse a alguna otra parte otros. Este verano además somos conscientes de que va a ser el último que pasemos juntos. Juntos todos los que hemos vivido los que serán los mejores años.
No quiero ponerme en plan ñoño oh-cuánto-os-voy-a-echar-de-menos, pero estas cosas, aún a mí, te causan cierta sensación de melancolía (palabra ñoña donde las haya)
Te joden por que te das cuenta no solo de que vas dejar atrás a mucha gente que te importaba de verdad, sino por que se acaba una especie de era, un tiempo que nunca podremos olvidar, en el que aprendimos juntos un esbozo de lo que es la vida y la amistad.
Mi imagen de hoy no tiene nada que ver con el asunto del post, como resulta obvio. Es que, como algunos de vosotros ya sabeis, me paso todas las mañanas dos horas en bus recorriendome Valladolid, tomando hasta cuatro líneas diferentes (lo cual es todo un absurdo en una ciudad mediana como esta) Y en todas las paradas, en las que puedo llegar a reposar hasta durante cuarto de hora (al parecer hay quien no sonsidera importante el tiempo de los ciudadanos), me encuentro con este cartel, u otro similar de una tipa con otra horrible cara de tristeza existencial.
El rostro apesadumbrado de estos muchachos es originado por el consumo de drogas, claro. Las drogas son una cosa muy mala, ya veis, y los de la FAD se empeñan en que papás, mamás, nenes y nenas nos enteremos de ello.
De lo que nadie nos previene es de los daños irreversibles que pueden causar en nuestra mente otras mierdas más o menos aceptadas por la mayoría. Hablo de ese estilo de vida que intentan vendernos desde los medios de comunicación, o desde la Iglesia Católica, o del insensato e inútil atontonamiento que provocan ciertas aficiones, demasiadas veces fanáticas.
Yo me imagino que los de FAD se olvidaron de esto por que se trataba precisamente de los pedazos ya perdidos para siempre de las cabezas de estos pobres niños.
6 comentarios:
fin de una, y otra que comienza.
Bueno encontrarte. Saludos.
Los finales siempre nos pillan en el mejor momento y tan desprevenidos que el golpe es demasiado grande para no caer en la melancolía
Un moderno sensible. Melancolía palabra ñoña, sí, además la melancolía es una puta mierda pero claro las formas artísticas(mayoría de) se han empeñado toda la vida en decirnos que la tristeza y todo aquello que se le aproxime son cosas bellas, ¿si no de qué viven? Tipos atormentados, un clásico.
Melancolía y Nostalgia no me parecen palabras ñoñas. ¿Qué términos empleais cuando os sentís así?
Más que ñoñas yo diría que son palabras muy repetidas y además a veces idealizadas...pero vamos, que es algo lógico e inevitable lo último que digo. Por cierto, el año pasado vinieron los Pet shop boys a Bilbao, lo digo porque los he visto en tu perfil.
LA religión integrista (Opus dei pro ejemplo) hace más daño en una vida (tengo especimenes muy cercanos)que una noche de borachera y porros.
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