Dice el líder de la derecha que España nació hace 500 años. No contento con esta barbaridad, afirma que el nuestro es el Estado más antiguo de Europa.
Ole con ole, y que viva el populismo ignorante: El Estado español no nace hasta el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones, uno de los mayores cánceres que han padecido los pueblos españoles en los últimos siglos. Antes de ellos, nadie se hizo jamás llamar rey de España, independientes como eran las instituciones de las Coronas de Castilla y Aragón.
Por si alguien pudiera pensar que España nació del matrimonio de los Reyes Católicos, cosa incierta a todas luces, debería saber que por aquel entonces había en Europa cerca de una decena de Estados que se han conservado hasta hoy día, con sus fronteras prácticamente inalteradas.
El mismo líder derechista, inculto por convicción o por interés, es el que hace dos días grabó y publicó un video instando a sus conciudadanos a mostrar el orgullo y los símbolos españoles en el día de la Nación (¿?) española. De la que, al parecer, tan poco sabe.
Mucho se ha hablado del video en estos días. Apropiación exclusiva e indebida de símbolos patrios, oportunismo electoralista, exclusión ideológica, prematuro discurso de Navidad o emulación del NODO. A ojos de muchos, la salida de Rajoy y sus correligionarios es una patochada ridícula y hortera. El peligro, no obstante, es mayor cuando a la vista de muchos otros el significado es opuesto.
Del video se desprenden las claras intenciones del PP por convulsionar y encontrar confrontación. El objetivo es claro y conciso, perverso y digno de hienas carroñeras. Es difícil, sino imposible, asumir la España que nos vende Rajoy, ridículamente patriotera y excluyente. Él lo sabe, lo explota mirando de lejos como la bomba estalla en manos ajenas.
Y es que el ignorante y bisojo Rajoy es, además, un agitador. La mezcla es harto peligrosa y la Historia de la Humanidad lo ha demostrado con numerosos ejemplos.
La acción, claro, no es aislada, sino que forma parte de un modo integral de hacer política de inspiración fascista, herencia que siempre fue clara en los populares. El PP quiere encontrar en la confrontación violenta, muchas veces inspirada por sus líderes, un hueco para rebañar votos. Pretende Rajoy demostrar a la plebe del peligro de las Naciones y los nacionalismos del Estado, demonizar y criminalizar los conceptos de Euskal Herria, Catalunya o Galiza, y con ellos a todo quien se atreva a concederles crédito. Y a base de odio, rencor y confrontanción erigirse como libertador y Mesías del pueblo español.
Hoy, día de la Hispanidad, de la Raza, o de la Nación española, los líderes políticos deberían reflexionar sobre el mal que ha causadoesta España inventada, en vez de exaltar sus símbolos y significados, que tanto horror y daño han causado.
Hoy es un día de hipocresía, odio y enfrentamiento. Solo los necios pueden celebrar algo así.