martes, agosto 02, 2005

La era moderna: Hippies contra punkis. Parte II: La batalla final

Sonando en mi cabeza: Tú lo que tienes que hacer (Chico y chica)
"La manera de pensar /es cosa de cada cual /Y dile a quien te parezca/ en mi vida no te metas /Y estrechar al fin los lazos de amistad"

Os iba contando ayer mi descubrimiento de los verdaderos punkis castellanos. Bueno, yo no sé si realmente los amigos de la Eva (nuestra conexión con lo más bajo y ruín de la ciudad) son lo más punk, o solamente cuatro ginchos, sin oficio ni beneficio, y con ganas de llamar la atencion por la Rua.

Yo siempre tuve una imagen idelizada del Punki, a lo Ramones o The Clash. Para mi, los Punkis eran un referencte estético, una manera de ver el mundo fuera del convencionalismo habitual. Para mi, el punk era cantar que te gusta ser una zorra con total orgullo.

Pero los amigos de la Eva me han roto el encanto.

Quedo con Nuka, a media tarde, de cañas, con sus amigas desequilibradas. El mejor plan. Llegamos a la cruz y nos encontramos con Giorgio, que está con Eva y toda una pandilla de andrajosos mal vestidos.

La hija de una de las desarrapadas (aqui hay mucho rencor, conste) es una niña muy mona, super-simpática, un tanto salvaje, pero todo dentro de lo esperable en una hija de su madre.

Hablamos de Pasión de Gavilanes con Elisa, por que ella en Paris no ha podido verlo. La niña dice haverlo visto, pero ya no lo ve. Yo, admirado, la pregunto por que, con lo guapos que son los protagonistas; y que solo por eso deberia verlo.

-A ti te gusta eso por que eres un hippie- me dice.

De pronto me encanta esa aseveración, por que aún no entiendo que lo que la niña entiende por un hippie es una nenaza blanducha y sin profundidad moral.

Transcurre la velada, y la panda de punkis se empiezan a distanciar desde el principio de nosotros. No sé, no les conocemos, es normal.

Poco a poco el novio de la madre empieza a emborracharse (o a encocarse o lo que fuere) y aquello torna en espectáculo circense. Se deja conocer en toda profundidad, física y psiquicamente. Esos maravillosos pectorales suyos no impiden que demuestre su total estupidez.

A la llegada de nuevos interfectos a nuestro lado, el comando sur les insta a abandonarnos para unirse a los delincuentes.

O sea, nosotros no somos más que el lado capitalista y adaptado al sistema, mientras ellos molan mucho más por que son una panda de drogadictos delincuentes.

Eva empieza a cabrearse con mis comentarios sarcásticos al respecto de la situación. Me dice que soy antinatural, algo muy gracioso viniendo de ella por que sería más o menos lo que me diría Jimenez Los Santos. Concreta: yo lo que soy es un frívolo superficial.

Pues sí, soy un puto frívolo y superficial; y prefiero eso a ser un angustiado cocainómano (por lo menos) intolerante con los que no deciden desciudar su imagen hasta el extremo para demostrar su inadaptación.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu manera de meterte contigo mismo y a la vez estar orgulloso. Equilibrio inestable

Anónimo dijo...

Ante tanto resquemor...sólo puedo decir: Viva Pasión de Gavilanes!!! Viva!!!

Ah, por cierto, a la Eva siempre le han dicho que parecía una hippie, así que...

Mis amigas desequilibradas??

the random glance dijo...

los putos frívolos rocks!! jajaja!

saluuudos

Unknown dijo...

Uf...! Que mal rollito. Cambia de compañias. Nome refiero a Nuk, of course.

gi dijo...

En serio, como acabas con los punkos? Los punkos ya no tienen ideales románticos, no contrasistema, ni filosofía alguna...
Te lo digo yo que vivía al lado de una casa okupa llamada Los perros lunáticos y su única filosofía era montar, todavía las montan, unas fiestas de jueves a domingo con supermercado de toooodo tipo de sustancia.

Anónimo dijo...

¿Qué tal el Festival Rural de Lo Moderno?
Saludos

P.D.: Nacionalismo no es igual a independentismo.

Anónimo dijo...

soy punki.... las generalizaciones nunka son buenas, vive y deja vivir!!!!

Anónimo dijo...

yo voi a mi bola, i no teng problemas y me junto con kien encajo.
a mi me gusta el punk, xo no me considero punki