Sonando en mi cabeza: Torremolinos (Linda Guilala )
El final del invierno acostumbra a ser poco llevadero. Esperando el calor, los pantalones cortos, las cervezas en la yerba de la facultad y el Festival de Eurovisión no es posible encontrar tiempo para disfrutar de las últimas nieblas y mañanas de frío.
Así que febrero se convierte en el peor mes del año. Con suerte, al menos, es el más corto también.
A la monotonía invernal de la estepa castellana se une el costumbrismo siberiano de mi propia vida. Mucha cerveza, poco trabajo y depresiones matinales.
La vida de becario es interesante en los primeros meses, cuando aún no necesitas involucrarte en el trabajo y lo único que te preocupa es que por primera vez en tu vida cobras algo parecido a un sueldo Y que podrías independizarte si no te encantara que mamá te prepare la comida, te haga la cama y te pague la banda ancha.
Al pasar el tiempo y ser piedra angular de la investigación, al asignar a tu persona, ingeniero como eres, responsabilidades propias, pues se te quitan las ganas de salvar al planeta de la tiranía del petróleo.
Por que, siendo sinceros, y aún pudiendo ser mi propio futuro (y esto es mucho más transcendental a que sea el futuro de la humanidad) los biocostumbibles me producen aburrimiento e indiferencia.
Y con estas cosas, acabas por perder el interés en probetas y pipetas y lo encuentras en el Erasmus de turno, aunque sea francés, qué más da. Y es que tendrá novia, pero el francés del laboratorio es más maricón que yo, que mis amigas ya lo han determinado así y lo que ellas dicen va a Santa Misa (me haría yo al catolicismo si diesen misa ellas)
Descubro así, en febrero, que es un mes muy puto, que soy un obsesivo. Si no encuentro una distracción ajena a mi mente, me la invento. Y le puede tocar al francés o al nuevo disco de Parade. Me obsesiono, invento, y ya me veo en plan Tolkien creando un universo paralelo lleno de hobitts y elfos en perpetua orgía.
Y encuentras siempre algo mejor que hacer que irte a la cama, quizás escribir esto, quizás que alguien te pida matrimonio vía Messenger. Para luego no tener tiempo de día para llamar a María o contestar aquel amable SMS de tu compañera de CAP.
A lo mejor si fuera el hombre de mi vida quién escribiera en mi móvil, cambiaría de idea y me enamoraría del bioetanol, de Tolkien y de la Santa Misa.
5 comentarios:
Bueno, si el biodiesel no te pone, quizás será el momento de plantearte algo nuevo.O esperar, a ver si esto es un bajón temporal.
Sabés hoy he estado en Valladolid, Comi cerca de la plaza, aparqué enfrente de un after.
Mola tu ciudad.
Siempre puedes consolarte sabiendo que febrero ya se ha terminado y que en marzo valorarás (más) el frío de la cerveza. En cuanto al francés, por propia experiencia te digo que siempre tienen novia. Y si no, la buscan. Cosas de la vida.
Pero cuantos blogs tienes abiertos?
Te lo dije, con los franceses nada de nada, lo de los proyectos ya sabes como son, interminables, aburridos y solo sirven para acabar con uno.
Busca otra beca, como la mia,en la que solo hay que interpretar un papel, lo bueno es que a las 6 ya puedes ir a chueca, jjaja vente
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