
martes, agosto 30, 2005
Marica y desesperada, Un día despues del dia del Blog

lunes, agosto 29, 2005
Apuntes de rabiosa actualidad

domingo, agosto 28, 2005
Esto está lleno de modernos de mierda
jueves, agosto 25, 2005
Cosas que no importan a nadie, pero que yo cuento por que no me quiero ir a dormir.

Mi vida en un autobus

miércoles, agosto 24, 2005
Malditos avances de la tecnología que te confian y luego te dan por el culo

martes, agosto 23, 2005
Debe ser una enfermedad.....Y no me quiero curar
El Papa que quiso ser un ídolo

lunes, agosto 22, 2005
A altas horas de la magrugada

viernes, agosto 19, 2005
Me muero y no te educo

jueves, agosto 18, 2005

martes, agosto 16, 2005
Delincuencia Jacha.

lunes, agosto 15, 2005
El fin de una Era.

viernes, agosto 12, 2005
Anoche me hinché

sábado, agosto 06, 2005
Vacaciones Infernales

jueves, agosto 04, 2005
Me dicen por ahí que has matado a un campesino
martes, agosto 02, 2005
La era moderna: Hippies contra punkis. Parte II: La batalla final

Os iba contando ayer mi descubrimiento de los verdaderos punkis castellanos. Bueno, yo no sé si realmente los amigos de la Eva (nuestra conexión con lo más bajo y ruín de la ciudad) son lo más punk, o solamente cuatro ginchos, sin oficio ni beneficio, y con ganas de llamar la atencion por la Rua.
Yo siempre tuve una imagen idelizada del Punki, a lo Ramones o The Clash. Para mi, los Punkis eran un referencte estético, una manera de ver el mundo fuera del convencionalismo habitual. Para mi, el punk era cantar que te gusta ser una zorra con total orgullo.
Pero los amigos de la Eva me han roto el encanto.
Quedo con Nuka, a media tarde, de cañas, con sus amigas desequilibradas. El mejor plan. Llegamos a la cruz y nos encontramos con Giorgio, que está con Eva y toda una pandilla de andrajosos mal vestidos.
La hija de una de las desarrapadas (aqui hay mucho rencor, conste) es una niña muy mona, super-simpática, un tanto salvaje, pero todo dentro de lo esperable en una hija de su madre.
Hablamos de Pasión de Gavilanes con Elisa, por que ella en Paris no ha podido verlo. La niña dice haverlo visto, pero ya no lo ve. Yo, admirado, la pregunto por que, con lo guapos que son los protagonistas; y que solo por eso deberia verlo.
-A ti te gusta eso por que eres un hippie- me dice.
De pronto me encanta esa aseveración, por que aún no entiendo que lo que la niña entiende por un hippie es una nenaza blanducha y sin profundidad moral.
Transcurre la velada, y la panda de punkis se empiezan a distanciar desde el principio de nosotros. No sé, no les conocemos, es normal.
Poco a poco el novio de la madre empieza a emborracharse (o a encocarse o lo que fuere) y aquello torna en espectáculo circense. Se deja conocer en toda profundidad, física y psiquicamente. Esos maravillosos pectorales suyos no impiden que demuestre su total estupidez.
A la llegada de nuevos interfectos a nuestro lado, el comando sur les insta a abandonarnos para unirse a los delincuentes.
O sea, nosotros no somos más que el lado capitalista y adaptado al sistema, mientras ellos molan mucho más por que son una panda de drogadictos delincuentes.
Eva empieza a cabrearse con mis comentarios sarcásticos al respecto de la situación. Me dice que soy antinatural, algo muy gracioso viniendo de ella por que sería más o menos lo que me diría Jimenez Los Santos. Concreta: yo lo que soy es un frívolo superficial.
Pues sí, soy un puto frívolo y superficial; y prefiero eso a ser un angustiado cocainómano (por lo menos) intolerante con los que no deciden desciudar su imagen hasta el extremo para demostrar su inadaptación.