Hoy es un día perfecto/ lo ha dicho en la tele el hombre del tiempo
También lo dice el gobierno/ días perfectos para gente perfecta
Hoy un día perfecto/ la gente perfecta va salvar el mundo
Y su mundo es tan pequeño/ mucho me temo que tu y yo no cabemos
Hoy es un día perfecto (bis)
Hoy es un día perfecto/ para olvidar lo que duele un verano
Así que apaga esa radio/ gracias a Dios eso esta en nuestras manos
Hoy es un día perfecto/ para decir que te quiero sin miedo
Para salir del armario/ te llames Rita o Juana de Arco
Hoy es un día perfecto (bis)
Las palabras se han gastado/ los hechos se han oxidado
Y los cielos han de dejado de compadecernos/ se han secado
Aunque ya no queden sombras/ seguiremos avanzando
El futuro será nuestro/ aunque no haya futuro
Hoy es un día perfecto/ Hoy es un día perfecto/
Hoy es un día perfecto/ Hoy es un día perfecto/
Perfecto/ Perfecto/ Perfecto
Años de vida perfectamente controlada, y con escasos dos meses de margen para llegar a la salvación final, todas las variables salen de sus límites para que el descontrol se apodere de la situación.
La monotonía llega a su fin y hoy parece ser un día perfecto para complicarme la vida.
Tengo que admitirlo. Si contra todo pronóstico Federer no pudo ganar el Master de tenis, yo tampoco pude ganar la partida del sábado (referencia deportiva inclasificable, impropia e incomprensible) El fin de semana me ganó. Me descubrió el patetismo de indecisión que llevo dentro, pero milagrosamente no impidió que tomase las decisiones acertadas.
Nuestro desahogo alcohólico, que se paso factura (no daré nombres) no ayudó mucho, en mi caso más bien por defecto que por exceso. Tengo que aprender de otros. Y me dejó abandonado a mi enfrentamiento particular en clara desventaja.
Aunque aún no sé muy bien decir no, todo positivismo que soy, logré hacerlo en el momento justo. Y bien orgulloso que estoy de mí mismo, chicos. Como me encanto.
De postre, Evo Morales gana las elecciones en Bolivia, y ya tengo mi hecho histórico de la semana para reírme de los Estados Unidos de América. Encantado estoy, ya os digo.
Escucho mis antiguos discos de La Habitación Roja y me doy cuenta que podría postear todos los días con una canción suya, que se adapte a la perfección a mis sentimientos más inmediatos.
Descubridores de la melancolía que encierra la vida cotidiana y siempre cercanos a una desesperanza un poco desmedida, estos valencianos saben dar a sus canciones un toque final de vitalidad in-extremis, de última esperanza, que hacen de sus creaciones poseedoras de una Denominación de Origen única.
Poesía pura en lucha con los sinsabores de la monotonía.
Hoy es un día perfecto fue uno de los primeros mini-éxitos de estos chicos, que nunca consiguieron llegar al gran público. Aunque, lo sabemos todos, llegar a las listas de super-ventas en este país no es precisamente garantía de calidad.
Supondremos, pues, que La Habitación Roja siempre ocupará un lugar, a mi juicio desmerecidamente pequeño, dentro del indie nacional. Mientras tanto, generosos ellos, nos regalarán temas como este. Para borrar nuestros propios padecimientos diarios.
4 comentarios:
El propio George W. Bush en sí es un buen pretexto para reírse y llorar constantemente a causa de ese jodido país.
Y yo tan cerca de ahí, qué miedo me da, yo te lo digo.
Tampoco es cuestión de seguir los pasos alcoholicos de Marsónico. ël está muy arrepentido, ya lo sabes.
EEUU como un gran tumor que hace metástasis por todos lados...
Bueno, ya veo que me he ganado a pulso el título de alcohólico oficial de Blogger. Pero ojo, soy el que más estilo tiene... El otro día decías que apenas comento tus posts por aquí, que siempre me reservo para cuando estamos en la intimidad (ays...), pero es que chico, a mí la política y todo lo referente a la sociedad me toca mucho la moral y normalmente me abstengo de todo comentario respecto "a". Eso sí, la canción de este post es una de mis favoritas de estos chicos. De La Habitación Roja la que más me mola es "Metropol".
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