lunes, julio 18, 2005

No os caseis. Parte I: La familia cristiana

Hoy, para variar, empezaré por el principio. Ayer se casó mi hermano. Mi único hermano. Un chico normal, sin problemas aparentes.
No sé que le llevó comoter semejante atropello contra su propia persona. A veces la gente actúa de forma muy extraña.
La cosa empezó a gestarse hace unos dos meses, momento desde el cual me he visto obligado a negar la realidad.
Ajeno a todo preparativo, alejado del constante ajetreo de trajes, vestidos, regalos, he conseguido mantenerme estable en mi oreden mental.
Hasta ayer, cuando vi concentrados en unas horas todos mis horrores familiares.
Ella, la novia, se llama Helena. Así, con hache, que suena mucho más pijo y sofisticado. Es la única hembra de una familia coservadora y católica, de esas que ebullen en las comidas oyendo a la vicepresidenta hablar de los maricones como si fueran personas normales.
Dice mi amiga Keka que Helena es una pija disfrazada, una hippie de mentiras, que refuerza su propio ego llendo por la vida de alternativa y leyendo fascines comunistas.
Yo no sería tan duro como mi amiga Keka, pero es que la Keka tiene muy buen ojo para estas cosas, y hay que asumir que todos nos disfrazamos en cierta medida.
A pesar de todo, Helena nunca ha negado sus sentimientos religiosos, y se casa por la Iglesia por que quiere inferir a su matrimonio el caracter y los valores de una familia cristina.
Oir algo así de tu cuñada duele mucho. Espero que nunca os pase.
La chica es maja, no hay que confundirse. Y yo soy muy tolerante con las movidas católicas de la gente. Despues de todo, cada uno decide si quiere vivir su vida, o no.
Desde que mi hermano está comprometido se ha vuelto un poco igual que ella. Un pijo disfradado con camisetas carísimas de la poppy factory.
Y eso no me importa mucho, por que esa bien que mi hermano sea ya algo definible y caracterizado. Aunque sea en este plan.
Hasta el mismo dice que le encanta formar una familia en los pilares del cristianismo. Pero, ojo, del cristianismo moderno, nada de cosas retrógadas a lo vírgenes hasta el matrimonio, no usar condones, procrear a tope, y esas pequeñas delicias que forman el dia a dia del catolicismo.
Mi hermano se confunde. Lo hace siempre desde que le conozco. Las cosas son como son por que deben ser así, y eso a mi me gusta. Me gusta decirle a mi hermano que se confunde si pretende encontrar un cristianismo así, que el cristianismo no significa ser fan de cristo, sino esclavo de unos míseros arruina-vidas.
Ser católico y casarte por la Iglesia significa que debes aceptar las normas. Esas normas que asustarían a cualquier ser civilizado, pero que aún forman parte de la ancestral supersticion del ser humano.
Si no las cumples, si no te gustan, no puedes construirte un catolicismo a tu medida, por que las cosas en la Iglesia no son así. Y ahora más que nunca debemos saber eso.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡HE ENCONTRADO TU BLOOGG!
Bueno, imagino que al menos te habrás puesto morado en la boda de tu hermano. Si te sirve de algo, mi padre se fue con su novia yanqui a Fátima. Alucina.
Besinesss,

Vacazul aus Hamburg

Anónimo dijo...

Tengo ganas de conocer un poco más a tu cuñada Helena con H. ¿Qué te parece si nos la llevamos de fiesta al Malbilcho este fin de semana? Así, conocería un poco más de cerca el mundo real como tú dices... XD

Con tanta frecuencia en tu escritura de posts no me da tiempo a comentarlos, eh? Sigue asín.

Unknown dijo...

Muy bueno. Pero te veo muy negativo. La mayoría de la gente se casa porque es un paso más en una sucesión de hechos que se supone que debes hacer en la vida. Lo más cómodo es dejarse llevar. Luego está tu que te lo planteas y te rebelas.

Unknown dijo...

Por supuesto que te agrego a mi lista de Blogers favoritos.

gi dijo...

Gracias a dios, no creo que mi hermana se case nunca por la iglesia ni que mi cuñado suelte esos discursos. Es lo que tiene tener un cuñado que toca la guitarra en un grupo de nu-metal, supongo.
Besets!