Trabajar en verano es lo más peor que le puede pasar a un occidental joven y sano. Y a mí me está pasando.
Lo más absurdo y lamentable del tema es que se trata de algo completamente voluntario e innecesario; confirmado: a veces parezco imbécil.
Descripción del trabajo: cinco horas diarias (prácticas en empresa) en una oficina con tres ingenieros y una administrativa, planteando, diseñando y manteniendo plantas de potabilización y reciclado de aguas.
Bueno, la temática del asunto es pasionanate, se ve claramente. Esta está siendo la semana más larga de mi vida, de verdad.
El primer día allá que voy, a la otra punta de la ciudad. Casi una hora en bus. Y ahora que empiezan las Rebajas y el semicircular pasa por delante de El corte inglés, es comprensible que me rodeen decenas marujas chillonas que van a pillar hueco a primera hora. Todas en el mismo rollo desenfrenado, ansiosas por llegar. A saber que desayunarán las señoras del semicircular.
Ya en el último rincón habitable de Valladolid subo a la oficina. Tres mujeres y un solo hombre nada aprovechable (bueno, un poco se le puede mirar, pero de lo basto y agrio que es....) Esto empieza muy mal.
Toda la mañana leyendo bibliografía sobre corrosiones, deposiciones y módulos de ósmosis inversa (como el de la foto, que chulo, eh?) Y en el descanso del almuerzo sin tener nada de que hablar. Desplazado. Yo!
Eso se empieza a parecer cada vez más al instituto; así que como allí, decido hacerme el autista interesante que pasa de todos por que no le interesa nada saber nada de gente tan vulgar.
El martes toda la mañana con programas absurdos e inútiles de diseño. En un ordenador sin conexión a internet, ya ves que tercermundista.
Y hoy con el maldito proyecto de las bodegas de Vega Sicila. Como esta gente maneja como nadie en los alrededores no escatiman un céntimo; y hala equipos, y hala tuberías. Un infierno de planos y descriptivas.
Mañana a ver la plantita en directo; les daría ya mi curriculum para vendimiar este octubre, que vendimiar en Vega Sicilia mola mazo solo de contarselo a la peña, pero me parece un poco descarado en plan de ingeniero como voy. Poco adecuado, rebajarse a pillar uvas pudiendo limpiarles la mierda de los pozos.
2 comentarios:
Seguro que tan malo como el instituto no es.
Oye, si les vas a pasar un currículum para vendimiar, avísame, necesito pelas y estoy dispuesta a sufrir. Eso es lo que voy a poner yo en mi currículum: "estoy dispuesta a sufrir, yo no sufro por amor, sólo por dinero", jajaja
Es trabajo es lo que tiene, no hay que tomarselo muy a pecho
Publicar un comentario