Este finde, Nuka y yo hemos pasado 25 horas de frenesí decepcionante en Madrid. La semana pasada decidimos viajar a ese espanto de ciudad que es la capital de la Nación con el objetivo de aportar algo a la causa gay/lésbica (¿?).
Como dice Nuka (que ya es como parte de mi misma persona, la pobre), a hacer bulto por la causa.
Primer punto negativo: viaje en un bus de Alsa. Esa gentuza pone buses llenos hasta el culo para luego martirizarnos con dos horas y media a 40 ºC y sin aire acondicionado. Así, en plan trenes de la muerte nazis. Ahí estamos, como vulgares judíos polacos camino de Mattaushen, acinados, sin agua ni apenas luz. Por otro lado, se puede considerar todo como una especie de recreación histórica en primera persona, no?
Luego está el Metro de la ciudad esa, una odisea de sudamericanos sospechosos de algo malo y pandilleros desarragaidos (que mal la peña desarragaigada, eh?)
Y directamente a Colón, por que ahí no habia tiempo de marchar con la manifa ni nada, todo petado como estaba.
En la plaza de Colón los presentadores locos por denunciar a las autoridades por reducir el número de manifestantes. Dos millones, dicen ellos que éramos (mira, que no, que no puede ser, basta de flipadas) Y la trans del manifiesto, trabando la lengua.
Eso por no hablar de las carrozas (en las que no vimos a Alaska!!!!) Llenas de chulazos musculados, que, al menos, no deben tener vida interior los muy cerdos (no?)
Y Chueca de noche, en fiestas, es un horror. Un sitio imposible, sin hueco para nada. De lejos suena la Prohibida, como un flash, pero nada, imposible acercarse.
Así estamos Nuk y yo, intendo abrirnos paso para poder acceder a algun local chulo (donde esta el puto HOT?? que quiero ver a Spunky!!) Y todo chapado, con barras en la calle y los vecinos tirando barreños de agua por los balcones, que casi me joden la cámara.
Y la gente encantada con los remojos, todo Cristo desfasando con los músculos marcados en plan camiseta mojada.
Nos vamos a casa, por que allí no hay quien haga nada de provecho sin bastantes mg/l de alcohol en sangre. Y mira que hay taxis en Madrid, eh? Pero muchos, muchos, un huevo de taxis. Y todos ocupados, oye, cosa increible.
De nuevo Nuk y yo (inseparables, simbióticos y parásitos) en busca del taxi vacío, hartos del calor y la muchedumbre, de involuntario paseo turístico por la Castellana.
El windsor, ya ni se ve, por cierto. Completamente desmantelado.
El domingo ya fue el acabose total. Mañana os lo cuento, reyes mios.
3 comentarios:
Deberíais haber venido a Barcelona...
O haber ido yo a Madrid por solidaridad a los barreños de agua casi caidos sobre tu cámara.
Estoy deseando que cuentes la segunda parte de la odisea del "bulto por la causa".
Por cierto, he de decir que lo de los barreños de agua me hubiera encantado si hubiésemos estado en plan desfasote, a mí me molaba, me parece lo más.
Pero después de todas las penurias... puedo decir que no me arrepiento en absoluto de haber ido. Tengo un montón de imágenes grabadas en mi cabeza que no tienen un ápice de desperdicio.
Ah Gi, si hubiésemos ido a Barcelona y por casualidad nos hubiese tocado un bus sin aire acondicionado... entonces sí que no habríamos sobrevivido al viaje, que debe de ser de 8 o 9 horas por lo menos.
P.D.1. ALSA te odio.
P.D.2. Viva el rollo bollo!
Es que solo hay lesbianas en mi vida?
Nadie más? No?
Hala, pues me tendré que conformar. A ver qué remedio.
Os quiero, wapísimas!
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