Manuela, entra en casa que llegan los maricas

Sonando en mi cabeza: Cientos de mentiras (Deluxe )

Qué triste pensar/que existe un final

Más triste es lo que ves, esperas que no sea verdad

Dicen que es/generacional

Pasan los años/no parece que vaya a cambiar Las noticias siempre dicen lo mismo

Cientos de mentiras cruzan nuestro organismo

Y si esa es la realidad/Pues ¿cuánto más?,

¿cuánto más tendré que esperar? Sé que lo que ves/no es alentador

El niño mata hormigas simplemente por diversión

Lejos de aquí/no hay mucho más

Nos vendíais tanto el cielo/y resulta que no eraverdad Las noticias siempre dicen lo mismo

Cientos de mentiras cruzan nuestro organismo

Y si esa es la realidad/Pues ¿cuánto más?,

¿cuánto más tendré que esperar?

El otro día, como compendio de celebraciones varias, nos encontramos todos para comer en el turco. Así somos nosotros de vulgares y de pobres, que no salimos a comer fuera de casa más que para ir al Kebab. Eso era lo que me gustaba cuando me lié con el Señor JM, que me llebaba a comer a restaurantes caros y con decoración minimalista. Vamos, por que por otra cosa no era. No sé quien dijo de que todo marica aspira a ser una mujer mantenida. Que verdad más grande es esa, por Dios. Pero eso acabó, y ya no hay quien me mantenga. Cualquier día me veo yo manteniendo a alguien, eso sería lo peor, el colmo de la cutrería. En fin, estábamos en el turco, todos medio muertos, comiendo como puercos sin decir palabra. Una escena muy nuestra.

Y estando allí pensé en cuántos maricas/lesbianas nos habíamos reunido aquel día, cuatro de ocho. Yo no sé muy bien si esto es cosa de la alimentación o algo que nos hacen en la facultad. Y es que, así, de forma grotesca y políticamente incorrecta, podemos clasificarnos por tendencias sexuales, vivo ejemplo como somos de la convivencia homo-hetero. Que bonito es todo, ya veis cuanta integración y cuanta tolerancia.

Pero lo curioso de todo es que llegué a la fascinante revelación de que todos los invertidos habíamos estudiado en colegios públicos, mientras los heteros lo habían hecho en colegios de monjas/curas/clero en general.

Fíjate tu por donde, esto me llevó a pensar, mientras devoraba mi Kebab, en que si la carrera reunía un huevo de descarriados pervertidos, eso tenía que ser producto de la educación pública.

Debe ser que los niños de los curas están mejor educados en eso de materia moral, y claro, pues luego son mucho más decentes y solo follan con personas del otro sexo. Es lo que tienen los curas, que siempren brindan una brillante educación a sus alumnos.

Y ahora que con la plaga socialista se acabaron las clases de religión en la escuela pública, esto puede ser mucho peor. Imagínate si le unimos la barbarie maricona que hay en este país, que ya hasta nos podemos casar y todo.

No me digais que esto no os da que pensar. Un desmoronamiento moral de los principios básicos de nuestra cultura es lo que es esto. A mi es que me produce escalofríos.

Esperemos que llegué Ana Botella para arreglarlo. Mira, con esta, además de la religión se va a poder instaurar en los colegios públicos las clases de hortofruticultura. Anda que no sabe nada de manzanas la Botella.

Hoy me he vendido. Fijaos lo que os digo.

Me caído desde el pop más puro y subversivo a la demencia de lo indie transformado en comercial. Así soy yo, que pasa.

Y es que Deluxe se le puede haber acusado de muchas cosas, pero la peor de todas fué del delito de haberse pasado al contrario. Por que hay hoy muchos indies de poca monta que consideran que esto es una guerra, una guerra en la que luchan Alejandro Sanz contra Los Planetas.

Y eso a mi me parece un sandez, y de una estrechez de mente que me da cosa por los pobres indies de poca monta.

En todo caso, Deluxe me derrite los calzones por que es lo más, y compone que es para morirse del gusto. Ya empezó haciendolo en aquella maravilla que era Not what you had trought con cosas tan preciosas como I see you in London, y luego siguió más o menos por los mismos derroteros con el famoso If things were to go wrong, poseedor de esa mini-explosión comercial que fue Que no.

A mí, la verdad, en aquel entonces Deluxe, pues mira, ni fú ni fa, hasta de conciertos suyos que nos íbamos (derretido que me dejó con una maravillosísima versión de las Perlas ensangrentadas de Dinarama), pero sin más. Hasta el nuevo disco, para muchos el primero de la era del Deluxe vendido, Los jóvenes mueren antes de tiempo.

Supongo yo que la música en esencia es la misma, con los mismos ritmos y desencadenamientos. Pero Deluxe ha hecho una cosa que ya muchos empiezan a hacer, y que muchos otros se van a ver forzados a seguir haciendo si no quieren hundirse en la mierda discográfica. Algo que yo me alegro que empiece a ser tendencia general en el pop de este país. Deluxe nos ha fabricado un disco completamente en castellano.

Lejos empiezan a quedar esos catetos cantando en un inglés que ni ellos sabian lo que salía de sus bocas, ya lo decían los Nikis.

Así que eso, que bravo por Deluxe, y bravo por Cientos de mentiras, canción narrada en ese tono melancólico y enérgico que ya ha hecho algo muy suyo.