Por que Manolo García no es nadie

Manolo García es el paradigma nacional del cutrerío. Del cutrerío malo y casposo.

Manolo García es odioso.

Estoy harto de ese tipo, de su música y de su voz. Manolo García ejemplifica como nadie la vulgaridad patria; y es que España tiene un lado oscuro: un rincón que huele a rancio, y en el Manolo García se encuentra como pez en el agua.

A ver si me explico, Manolo García no me cae mal. No es eso. No me cae de ninguno de los modos, y no entiendo que pueda provocar en nadie sensación alguna.

Y es que es tan sumamente simplón, está tan dentro de los parámetros de la normalidad, carece tan absolutamente de cualquier personalidad artística o meramente personal que Manolo García es sencillamente un coñazo de tío.

Hay personajes públicos que detestas, otros a los que amas, y otros que en algún momento pueden provocarte algún interés. No me refiero a intereses intelectuales, sino a veces, meramente lúdicos. Hablo del horror de Jimenez de los Santos (este tío si que se ha ganado un post a pulso, estén atentos), de la genialidad de Arrabal, del petardeo de Tamara, del hijoputismo de los Matamoro, y un largo etcétera de personajes sensacionales de los que tengo intención de dar buena cuenta en este log.

Pero Manolo García, qué? No es un cabrón con ideas retrógadas, no es un transgresor (vamos anda), no es auténtico. Ese tío no es nada. No te mueve nada por dentro, pero el público en este país está tan acostumbrado a ñoñerías absurdas que el tipo este parece hasta interesante.

Y no es más que un un aburrido, que no dice nada nuevo ni para bien ni para mal; que podía ser vecino de abajo en el que nunca en tu vida te has fijado por que no te da asco, ni es interesante, ni nada de nada.

Es el tío que debería salir en el anuncio del aire acondicionado inteligente, por que Manolo García no es nadie. Y el mundo podía prescindir de él con alivio.