El Ángel exterminador

Sonando en mi cabeza: El Ángel exterminador (Carlos Berlanga )

Si es que estar enfermo es lo que tiene, que te plantas delante del sofá acurrucado sobre el reposabrazos y de ahí no hay quien te mueva.

Para qué, si total te da a doler todo el cuerpo si te levantas.

Asco de patógenos, los odio mil, de verdad.

Pues eso, que hecho unas bragas como ando tengo que soportar un viernes noche en el sofá mientras el resto de la peña aprovecha los últimos atisvos de verano para embocharse tranquilamente en la calle, disfrutando de la cultura española.

Y yo os dije que mis noches en casa son noches culturales, noches en La 2. Siendo viernes, tocaba Versión Española. Yo ya me esperaba algún bodrio de estos del nuevo cine español, una de esas películas penosas e insufribles rodadas por cuatro progres lamentables.

Pero no, tocaba clásico en blanco y negro. Hay ya si que la cosa se ponía de un cultural que echaba para atrás.

Lo primero que pienso es que la Cayetana Guillén, que es una de esas lamentables progres, me recuerda horrores a Soraya, la azafata engreida y subida de OT . Y eso me asusta, por que ya me veo de comentarista oficial de OT, y no. Me niego a caer a la altura de Ana Rosa.

Intento olvidarme de estos pensamientos, mientras me recuerdo a mí mismo no volver a investigar en la mierda televisiva. Que los coqueteos con OT y las drogas solo traen malos resultados. Es mejor quitarse cuando aún se tiene voluntad.

La película en cuestión era El Ángel exterminador, la penúltima película mexicana de Luis Buñuel, después de huir de la mediocridad en que le había instalado hollywood y antes de marchar a la Francia donde acabaría su carrera. Hay que ver como se aprende de Versión Española, que cosa.

Pues a mí la película me fascinó, de verdad. Yo que o soporto esos clásicos, que me suenan todos igualmente prefabricados y monónotos.

Debe ser por eso de ser una de los últimos coqueteos con el surrealismo (que no subrrealismo) del Señor Buñuel. Es que el surrealismo es lo más; yo de verdad que creo que es la máxima expresión de la mejor modernez.

La historia de El Ángel Exterminador enlaza el surrealismo europeo de principios de siglo con la novela fantástica hispana de la segunda mitad del siglo XX. Y es que en realidad, la literatura hispana es la mejor heredera del surrealismo más primigéneo. Y no me refeiro a gente como García Márquez, que es lo más pesado del universo, sino de genios de la talla de Borges o Bioy Casares, que le dieron al surrealismo ese punto de lógica y contenido que hacen de ellos dos de los mejores literatos en lengua hispana.

Una cena de Burgueses estirados y marcados por absurdos protocolos. Tras la cena, la fiesta continúa en un salón abierto de la mansión. Las horas pasan y nadie decide a salir de allí. Los invintados y sus anfritriones duermen en el mismo salón, sin razón alguna que les impida salir.

A la mañana siguiente comienzan los problemas de convivencia; no hay barreras físicas entre el salón y el resto del mundo, pero nadie sale ni entra al mismo.

Comienza una guerra en que los burgueses pierden los modos, y afloran todo tipo de comportamientos primitivos y violentos.

No os cuento más por si decidís (acertadente) ver la película.

De todos modos, os diré que la peli está llena de pequeños detalles que la hacen una pequeña obra de arte: las repeticiones de planos (que decía Buñuel creaban una sensación de hipnotismo) los ataques a la moral burquesa y católica, las historias cruzadas, la temática del encierro claustrofóbico, de la imposibilidad de acometer un acto cuando nada lo impide.

Todo maravilloso. Mirad que la enfermedad al final sirvió para hacerme descubrir a Buñuel. El lunes mismo me bajo a buscar más películas suyas.

Carlos Berlanga es uno de los grandes del pop en España. De la mano de Canut, otro grande, participa de modo más que activo en los comienzo de la Movida madrileña. Dentro de la vertiente más transgresora de este movimiento, Berlanga y Canut se estrenan musicalmente con Kaka de Luxe, con más ganas que buenos resultados.

DE Kaka de Luxe surgen Aerolineas, Radio Futura y Pegamoides. Lo más de la Movida, vamos.

Despues de dejarnos una ristra de vitales e imprescindibles canciones, entre lo absurdo y lo divertido, Pegamoides se disulven. Es entonces cuando Canut y Berlanga, y más tarde Alaska, fundan Dinarama, uno de los mejores grupos españoles de todos los tiempos, entre lo gay y lo glam, lo pop y lo siniestro.

Con la década de los noventa, la personalidad de Berlanga acaba por zanjar la historia del trío. Mientras la Gara y el Canut se inclinan por las corrientes más electrónicas en Fangoria, Berlanga se acerca más a la música suave, casi de autor. Eso si, sin abandonar las letras berlanguianas de siempre.

Fangoria acabaría por vencer (sus años les costó) la generalizada incomprensión de la nueva etapa. Carlos nunca pudo hacerlo, a pesar de que su época en solitario nacieron algunas de sus mejores canciones (yo me quedaré siempre con Vacaciones, claro)

Para mí, él siempre será el Ángel Exterminador por excelencia.