Ella es maravillosa, divina y un reflejo (algo emborronado, eso sí) de lo que muchos querriamos, más o menos secretamente, ser.
Pitita Ridruejo está en los altares de lo rompedor, por extraño que pueda parecer en una señora bien como es ella. Y esta noche lo ha vuelto a demostrar en las cerezas de la insoportable (cada día más y más) Julia Otero.
Pitita es una señora de esas de antes, no? Eso está muy claro, la señora está pasada. Ha vivido una educación sexista y represora, y ella no la ha cambiado, qué va.
No podía, la señora, porque tampoco estaba ella en una posición terriblemente funesta y no tenía muchos motivos para hacerlo.
Pero en vez de seguir adelante como una señorona más de esas tan terribles con sus pieles de Bisonte y de foca y su mirada altiva, pues ella coje y decide que quiere más. Que quiere viajar y conocer, que no se quiere callar y decir toooodo lo que piensa. Por muy retro y anticuado que sea. Que ella también lo es despues de todo.
O sea, la mujer se lo ha sabido montar. Mujer de un señor bien que la deja la libertad de hacer lo que buenamente quiera. Mantenida, y que hay de malo en ello?
Apariciones marianas, una capilla en su propia casa, admiradora de Warhol y de Fellini, invitada de Isabel II y fan de Rajoy.
No es fácil ir por ahí siendo así, y admitirlo sin tapujos en el programa de la Otero.
2 comentarios:
Creo que lo que más admiras de ella es lo de que sea una mantenida, a que sí, eh?
Estoy segura de que a ti te encantaría ser un mantenido, jejeje
¿Puedes confirmarmelo? Te lo digo porque quiero saber de dónde vendrá el dinero de la pensión que me pases para la manutención de nuestro futuro-posible hijo, jajaja
Oye, por cierto, ¿tú sabes cuántos año tiene la Julia Otero?
Lo mejor de Pitita es, sin duda alguna, su nombre.
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